La poesía en el Siglo XXI a sufrido una diversificación única, tomando como punto de referencia la globalización y la digitalization. Nunca antes la humanidad a estado tan interconectada e informada. Esa realidad influye indiscutiblemente en los poetas de la generation Y, la generacion Z, así como los de la generacion X y la de los Baby Boomers.
Si antes (como poeta) se dependía de los periódicos, las editoriales, las estaciones de radios y de los canales de televisión (para darse a conocer), ahora, mayormente se depende de las redes sociales. A diferencia de otros medios de comunicación, las redes sociales otorgan una autonomía y una visibilización soñada por poetas de antaño y utilizada por poetas de la actualidad, cuyo trabajo es darse a conocer (además de escribir); entendiendose eso, no como una máxima, sino como parte de la relación poeta-lector, latente en este siglo.
Los lectores de ahora buscan conectarse con los escritores que les interesa. En este caso el poeta de estos tiempos tiene un rostro, una voz, una vida que puede proyectar gracias a las redes. Claro está que existen excepciones. Hay poetas que prefieren el anonimato. Para ese nicho de poetas el reto de captar lectores es mayor.
Existen también otros desafíos para el poeta de esta época. Al no tener que depender exclusivamente de las editoriales, le toca aprender e invertir. Aprender: estrategias de mercadotecnia, e invertir: en mercadotecnia, para lograr generar ventas. Detrás de eso se suman otros gastos que deberían de ser de sumo interés. Por ejemplo: la contratación de un corrector de estilo y de un ilustrador.
El uso de la mercadotecnia en las redes sociales, si bien es impresindible, no lo es todo. Cuestiones relacionadas a la corrección y a la ilustración, deberían de ser hechas por profesionales en esas áreas, y es que se puede ser bueno en muchas cosas, pero experto, solamente en una. Aunque hayan aplicaciones que cierran un poco esa brecha, hay que tomar en cuenta el valor de la especialización. Un poeta se especializa en escribir poesía, un corrector de estilo se especializa en darle coherencia y rigor a los escritos. En cambio, el ilustrador crea el arte que atrae y conecta al lector con el libro. Así, al poeta de hoy le toca ser el empresario de sus obras, siendo buen entendedor de cuanto dependen sus obras de profesionales de otros ramos.
¿Cuáles son las desilusiones de un poeta en la actualidad?
Una de las cosas que desilusionan como poeta de este siglo, es la sensación de que la banalidad está de moda. Cuando se compara la calidad de la poesía de hoy, con la de hace 50 o 100 años, se suele inmiscuir la presunción de que los poetas de esos años eran más cultos y talentosos que los de ahora
¿Cuánto de cierto es eso?
Tiene algo de verdad y algo de mentira.
La verdad radica en la pobre comprensión que se tiene de la poesía. Parece ser que actualmente la poesía a sido alienada por el sistema educativo. En pocas palabras: no hay una formación académica que permita un entendimiento puntual de la poesía, mucho menos un incentivo para crearla. En cuanto a la mentira: más que mentira es una illusión. Actualmente no leemos a cada uno de los poetas de hace 50 o 100 años atrás; leemos a los sobresalientes de esas épocas. Igual pasará a futuro.
"Sinnúmero de poetas se lanzan a las redes. Del montón, un selecto grupo será alcanzado por la inmortalidad".
La poesía está evolucionando. Con la poesía: el poeta.
El tiempo dirá si será una progresión de los movimientos poéticos del Siglo XX, o algo completamente nuevo. Las esperanzas de la poesía y de “ser poeta”(independientemente del individualismo) están puestas, no en la tecnología, sino en el valor visionario y atemporal del espíritu poético.
© 2022, G.D. Romill
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