Viajando en barco, un joven espera encontrar a sus padres biológicos.
A lo largo y ancho del río en el que viaja, se aprecia la naturaleza
prístina de la tierra que lo vio nacer (una selva de trópico
húmedo, cuyas venas son los ríos que la recorren, formando
laberintos que se pierden en el espesor de una extensa flora).
Sus
padres adoptivos trataron de disuadirlo, sin éxito; resistiéndose a
contarle de los meses previos a su adopción. Pesó más la
curiosidad que cualquier consejo.
Recostado en una modesta
hamaca el joven contaba las nubes, yendo en dirección al centro de
la selva, dentro de un barco que parecía una lámpara flotando en un
laberinto de oscuridad. Hasta que la luna y las estrellas reclamaron
su turno. Esquivando troncos flotantes (con linternas) y evitando
aguas de poca profundidad (con varas largas), fue como finalmente
llegó el barco a la aldea (a pesar de su lentitud). Con el barco
amarrado a un árbol, el joven cruzó a tierra firme, caminó hacia
la aldea y encontró acogida, gracias a una familia que lo recibió.
Aprovechando la acogida, quiso saber si los mayores de la familia
sabían algo de sus padres biológicos. Por el cansancio que cargaba,
decidió descansar primero y preguntar después.
Guardándose
la verdadera razón de su visita, el joven pasó días en la aldea,
tratando de hallar una parte de su identidad. En su búsqueda,
entabló amistad con varios lugareños. Del líder (un pastor
evangélico) conoció la leyenda del lugar. Para él era
superstición. Eso cambió cuando de la leyenda narrada, escuchó del
pastor: el nombre de sus padres. Aparentemente, el espíritu maligno
del jinete decapitó a su padre y degolló a su madre biológica.
Mintiendo acerca del motivo de su visita, convenció al pastor de
acompañarlo hasta la casa que les perteneció. Quedó cubierta de
vegetación la casa en donde vivían. Sus postes podridos
atestiguaron su desgaste. Inspeccionando la parcela, el joven halló
huesos humanos, y volteó su mirada; encontrándose con la cabeza
cercenada del pastor dirigiéndose hacia él; y el relincho demoníaco
de un caballo, escondiéndose detrás de tupidos arbustos.
Publicado originalmente en octubre de 2022
© 2022, G.D. Romill
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