martes, 17 de enero de 2023

LA BRUJA DE GRIJALVA

Perseguían a la bruja de Grijalva: campesinos de una comunidad rural, históricamente próspera. Ella era un relámpago moviéndose en las traicioneras pendientes del cañón. Confiada de haberlos dejado atrás, prosiguió a recoger hierbas medicinales y a introducirlas en su cantimplora de jícara.

Los campesinos la querrían. Poseyendo rifles, machetes y perros de caza, se movilizaron; atentos a pistas que los llevarían a ella.

—¡Viva o muerta!—exaltó el jefe de la expedición; animando a la muchedumbre enfurecida a corear sus exclamaciones.

Sensible al entorno, la bruja supo que los campesinos se acercaban. Cientos de mariposas monarcas volaron a las zonas altas del cañón, y los zanates le daban avisos estridentes. Estoica, halló refugio detrás de un antiguo árbol de cedro.

Hartos de sujetar sus corpulentos perros: dispararon al aire y les dieron rienda suelta. Embravecidos, los canes olfatearon a la bruja. Acercándose al árbol de cedro, ladraron sin control. Cuando los campesinos rodearon el árbol, no había nadie. Segundos antes, la bruja de Grijalva le rezó a sus deidades, en su lengua materna: el tzotzil.

Atemorizados, encadenaron denuevo a sus perros de caza. Surgiendo la noche, del cañón emanaba un frío mortuorio que les ponía la piel de gallina.

Descontento, uno de los campesinos se alejó del grupo. Subiendo el cañón, divisó una lechuza, levantó su rifle, reguló la mirada telescópica y con disparo certero la mató. La fiel mensajera del inframundo y las brujas, colgaba boca abajo, de las ramas del árbol donde observaba todo.

Nada mejoró en la comunidad. Creían que Dios los había abandonado por no haber atrapado a la bruja. Roedores e insectos se multiplicaron; diezmando cosechas que no eran propias del  suelo fértil de una comunidad agraria opulenta.

Cada vez que incursionaban al cañón, asesinaban lechuzas, maldiciendo a la desaparecida bruja. Gradualmente, la comunidad fue casi abandonada. Los campesinos que quedaron reconocieron que estaban malditos y que Dios no les haría favores. Volcaron su fé en Satanás, y le encomendaron prosperidad, a cambio del hígado de mujeres vírgenes y el corazón de recién nacidos. 

 

Publicado originalmente en octubre de 2022

 

 

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